Cuando
tenía seis años, escuché por primera vez la historia del lobo y las ovejas; aquella
no era la típica historia donde el canino se come al frágil rumiante. En este
relato existía un tradicional Pepito o Juanito, o como quieran llamarle, el
punto es que se trataba de un pastor, el cual tenía un gran rebaño de ovejas.
Como todo buen pastor, sacaba a comer a sus animales por las extensas planicies
de pasto verde. Aquel era un escenario idílico, tanto para él como para las
ovejas.
Se supone que el pastor hacía bien
su trabajo, o al menos hasta que se aburría de ello; pues cuando sentía que la pasividad
lo agobiaba, se dedicaba a hacer bromas: ¡Ahí viene el lobo! Alertaba a las
personas de los alrededores, quienes llegaban atolondrados y agitados para
ofrecer su ayuda, y en lugar de hallar un escenario devastador para las ovejas,
encontraban al pastor tirado y muriéndose, pero de risa.
El pastor, que al parecer no era
bueno para inventar bromas nuevas, repitió el acto una buena cantidad de veces;
al principio funcionaba, pero conforme fue pasando el tiempo, nadie le creyó de
nuevo. El punto de esta historia no se encuentra en las bromas de mal gusto,
sino en el hecho de que cuando el lobo llegó de verdad, y el pastor pidió
ayuda, nadie fue en su auxilio.
***
El
1 de octubre del año en curso, el cambio de gobierno en el estado de Querétaro se
completa al fin, siendo el de José Calzada Rovirosa el que salga y el de
Francisco Domínguez Servién el que entre. Una transición del rojizo al azulado,
pero política al fin y al cabo. Vulgarmente algunos dicen que es la misma gata,
pero revolcada; otros afirman que será un cambio de verdad, y bueno, también
están los que ni fueron a votar o simplemente no creen en la política.
¿Es “Pancho Domínguez” el nuevo
pastor de Querétaro? Pues ya empezó haciendo promesas… promesas que ya pocos
creen; y que posiblemente cuando sean verdad, nadie creerá; porque al igual que
en el relato, de tantas mentiras son pocos los que creen en sus auxilios. ¿De
qué promesas se está hablando? De muchas, pero en específico de una, una que
José Calzada también hizo: la de resolver el caso BMW y encontrar un absoluto
culpable.
El caso BMW, en el cual un chico
llamado Marco Antonio Hernández Galván fue asesinado, lleva 130 meses de
impunidad, o sea, casi 11 años en averiguación previa y sin un culpable
tangible. El gobernador, Francisco Domínguez, ha prometido a José Luis Hernández
Guerrero, padre de Marco Antonio, que el caso será resuelto una vez que entre
al poder, pues dice conocer muy bien los acontecimientos y que no tolerará
corrupción e impunidad en su gobierno.
Verdad, mentira, verdad, mentira… ¿Qué
deparará el destino? Ya se sabe que Francisco Garrido Patrón no resolvió el
caso, que José Calzada Rovirosa prometió hacerlo, y que ahora Francisco Domínguez
también cayó bajo los efectos de la promesa del buen político. El tiempo
comienza a correr de nuevo, el pastor ya sacó a pasear a sus ovejas, y aunque
ahorita tenga ganas de trabajar, sabemos que tendrá tiempo para hacer una que
otra broma; solo hay que esperar a ver qué hace primero; porque si ya empezó
haciendo bromas… bueno, ya se saben el resto de la historia.
Lo que no recuerdo, es si el lobo se
comió a las ovejas, o al pastor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario